jueves, 29 de septiembre de 2016

Las penas se van bailando

Vení, ahoguemos las penas un rato, total ya forman parte de nosotros. Vení, no tengamos más miedo, vamos a contarles que queremos darles pelea, que las penas llegaron para quedarse pero aunque sigan estando van a dejar de molestarnos.
¿Por qué el dolor perdura? Porque vivimos siempre tras el recuerdo  de lo que se fue, de lo que no está más. Porque para sentirnos parte nos culpamos, aunque nada malo hayamos hecho
Porque es fácil, aunque suene ilógico. Es fácil vivir en la tristeza, recordando solo los malos tragos, escondidos, siempre, detrás del "no me sale una".
Porque los días suelen ser siempre iguales y la felicidad es efímera, al igual que el dolor; la diferencia es que simplemente el dolor te rompe y el amor te sana. Te sana y te olvidas que lo hizo, te olvidas quien lo hizo, te olvidas como lo hizo, aunque lo hayas conseguido vos mismo. Porque cada historia feliz, una vez contada, solo recibe un "me pongo muy contento"; en cambio, una historia triste, lleva horas y horas de charlas, normalmente innecesarias, ya que  mañana vamos a levantarnos igual de quebrados.
Entonces, como somos seres que necesitamos atención sufrimos, aunque no duela. Lloramos, aunque no duela. Huimos, aunque no duela.
A nuestro costado siguen pasando cosas, se llama tiempo. Y el tiempo no espera. No espera que vos te des cuenta que sanarte solo consiste en valorarte. Que nada duele mas que boicotearse a uno mismo atrás de disfraces cargados de penas.
Entonces vení, que yo no sane, y quizás nunca lo haga, pero soy feliz, porque no tengo todo lo que quiero, pero lo que realmente necesito esta al alcance de mi mano. No voy a decirte que es, esa es la puerta que vos debes abrir. Pero veni, dale, deja de sufrir, que las penas, si queres, se van con la noche, Y la vida, te invita a ser feliz todas las mañanas.

viernes, 23 de septiembre de 2016

Reinventarnos

Reinventarnos. Mirar el pasado y cambiar el presente, el futuro seguirá siempre incierto y distante. Atrás pueden quedar sueños, por ahora frustrados; metas, por ahora no alcanzadas. Refugiaremos nuestros corazones a la espera de un final adecuado. Lo que nos paso, paso. Nos obliga, seguramente, a modificar costumbres y acciones. Lo de ayer ya no es lo de hoy, y lo de hoy mañana será historia que nos hará cambiar. Reinventarse para subsistir, por que lo que quisimos ser hoy nos cruza verticalmente. Tanto los aciertos como los errores. No somos los mismos de antes, y quedarnos en la incertidumbre no va a lograr nada más que dejarnos en stand by. Porque al fin de cuentas de experiencias somos, de experiencias vivimos.

sábado, 3 de septiembre de 2016

Dominguicidio

Brincamos, transmutamos hacia el final del camino nuestras almas. Agotados, nos rendimos. Todo acabo tan fugazmente como sucedio. Fue real, quizá lo más real que hayamos vivido. Nos conectamos, sin cosas en común, sin objetivos parecidos. Nada importaba, ya estaba hecho. Tan ilógico pero mágico, ella tan revolucionaria y yo tan estable, ella tan distante y yo tan  permeable. No pensamos, vivimos. Tan llenos de pasión, tan contundentes. Ese amor que quema el pecho. Por eso nos dimos un abrazo sin renconres al final, dimos todo pero igual se acabo. A veces el cielo no explica porque lo cubren las nubes. Siempre sale un nuevo sol y en ese entonces, por ahí, volveremos a brillar.